- ¿Dónde compraremos pan para que coman estos?
Lo decía para probarle, pues él sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió:
- Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco.
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
- Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tanta gente?
-Traédmelos acá y que se siente todo el mundo.
Se acomodaron en grupos. Jesús tomo los panes y los peces, miró al cielo; los bendijo, y los partió.
Luego mandó a sus discípulos que los distribuyeran entre la multitud. Los cinco mil hombres que había, sin contar mujeres y niños, se saciaron de pan y pescado. Aún se recogieron doce canastos de los pedazos que sobraron.
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